No te conocimos y te conocimos demasiado: fuiste amigo de muchos sin saberlo y sin quererlo. Te fuiste casi sin avisar, de improviso.
Creo que muchos envidiamos tu existencia: existencia que no tuvimos ni tendremos: vivir y ser libres..., y, al final, libres de todo.Libres de la verdad y de la mentira, de las palabras, los silencios, las imágenes y los enigmas de este mundo.
Libres del ser y del no ser, cosas que, seguro, no te interesaban para nada.
Nos enseñaste a vivir. Vos te tuviste que morir....Y no sé si estás allá arriba.
Y cuántos hijos de puta te sobreviven.
Chau, Peña.
09:30 a.m. 21/06/09
3 comentarios:
Me gusta esto. Me gusta ver como la gente vive con intensidad como él. Abiertos y en permanente expresión. Igual algo en el me deja pensando, quizás en el cuidado (o en la falta de él), quizás es que ser un ser tan distinto tenga para algunos un alto costo...un tránsito doloroso por el mundo. Duele estar despierto. Duele el no cuidado.
Besos con aroma a miel y gengibre.
Sí, Alelí, pienso igual, vos siempre tan sensible, no podías menos que comprenderlo.
Y sentir los riesgos de ser así.
Es una lástima que los mejores se vayan antes, como se dice en estos casos.
El había heredado la inteligencia de su padre y la locura de su abuela...
¿Qué y de quién habremos heredado algo nosotros....?
Un beso, chica increíble.
ufff esa última pregunta...creo que no me alcanza un blog entero para responderla...la herencia, todo un tema!
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